Si te gustan las tartas saladas, esta versión alemana a base de cebolla y panceta es un clásico que vale la pena probar.
Cremosa, con el dulzor justo de la cebolla caramelizada y ese toque ahumado que la hace irresistible.
Es ideal para quienes buscan una receta casera con un sabor distinto, pero muy fácil de preparar en casa.
Ingredientes
- 1 tapa para tarta (de pascualina o casera)
- 4 cebollas grandes (amarillas o comunes), cortadas en pluma fina
- 150 g de panceta ahumada en tiras o cubitos
- 1 taza de crema de leche
- 2 huevos
- ½ cucharadita de sal
- Pimienta negra a gusto
- ¼ cucharadita de alcaravea (opcional, puede reemplazarse por comino)
Preparación
- Precalentá el horno a 190 °C y enmantecá una tartera.
- En una sartén amplia, cociná la panceta hasta que quede bien dorada y crocante. No hace falta agregar aceite porque la grasa que suelta es suficiente.
- Retirá la panceta y, en la misma sartén, cociná las cebollas a fuego bajo. Revolvé seguido hasta que estén bien suaves y ligeramente doradas. Este paso lleva entre 15 y 20 minutos y es fundamental para que la tarta tenga ese sabor característico.
- En un bol, mezclá la crema de leche con los huevos, la sal, la pimienta y la alcaravea o comino si usás.
- Estirá la masa en la tartera y pinchá la base con un tenedor.
- Colocá primero la cebolla cocida mezclada con la panceta y luego volcá encima la preparación líquida.
- Llevá al horno por unos 35 a 40 minutos, hasta que el relleno esté firme y la superficie dorada.
- Dejá enfriar unos minutos antes de cortar y servir.
Consejos:
- Si no conseguís panceta, podés usar jamón crudo, salame o incluso salchichas tipo viena cortadas en rodajitas finas. Cada una le va a dar un sabor distinto.
- Si querés hacerla sin carne, simplemente duplicá la cantidad de cebolla o sumá un poco de puerro para intensificar el gusto.
- Para la base, podés usar una masa comprada o hacer una casera con harina, manteca y agua fría. Ambas opciones funcionan muy bien.
- La alcaravea es una especia típica en esta receta alemana, pero también se puede usar comino si preferís un sabor más familiar. Si no te gusta ninguna, directamente omitila.
Ideal para una cena distinta, para compartir con amigos o para una picada tibia en días frescos.
Una receta que sorprende por su sabor y su textura cremosa.
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